torontontegui

Puede que no nos hayamos olvidado, bueno quiero decir, que lo intentamos, olvidarnos digo, pero lo que no puede ser no puede ser y además es imposible, de olvidarnos sigo hablando. Otra vida que nos espera pensamos, pero ¿cuándo?, este año no, el que viene probablemente tampoco y si lo tenemos fácil, ¿por qué hacerlo difícil? Bueno, siempre nos gustaron los retos. Lo nuestro no era rutina, cada día era como una carrera de relevos, era una carrera contrareloj, pero de cuyo final estabamos seguros y seguimos estándolo, si no no hariamos lo que hacemos, si no no nos negaríamos a olvidarnos, a no arrancar la hoja de este maldito libro ni siquiera a seguir escribiendo por la siguiente cara, digamos que ponemos un papelito entre las hojas para saber donde lo dejamos y retomarlo más adelante, porque así somos, vamos a nuestro ritmo y nos lo tomamos con calma, el mundo gira y nosotros lo hacemos a un ritmo totalmente diferente, como siempre, porque así somos nosotros. Una playa por la noche, una carrera por la calle más larga de la ciudad, un ataque de risa tirados por el suelo o monólogos telefónicos. Vale, lo sé, se lo que me dirías porque nos conocemos como si fuesemos espejos, porque no podemos engañarnos, pero es que voy más allá de las palabras y puedo imaginarte, puedo sentirte y puedo estar dentro de ti, porque soy egoísta y sólo yo tengo ese derecho de conocerte así, de saberlo todo con solo...